Glosas
... un espacio para hablar desde San Miguel
Enrique García y García*
RESTAURACIÓN…del
tejido social
Durante las dos últimas semanas hemos oído hasta el
cansancio voces que pregonan la solidaridad de los mexicanos en los momentos de
tragedia y la capacidad potencial para atender esas situaciones adversas. Los
hechos despertaron sin duda ese espíritu de colaboración pero también mostraron
fríamente las características geográficas del País que lo hacen vulnerable en
muchos sentidos, como se señalaba en las Glosas próximas
anteriores.
Adicionalmente también salieron a relucir los dos
lastres que nos agobian permanentemente: la corrupción e impunidad. Hay fuertes
indicios de permisos de edificación
falsos, peritajes estructurales comprados, incumplimiento de la normatividad
sísmica, usos de suelo otorgados sin sustento, materiales de construcción
deficientes, firmas apócrifas de funcionarios, evidencias de tráfico de
influencia, etcétera, etcétera. En muchos casos los siniestros ocurrieron por
alguna de las causales anteriores y en otros fueron consecuencia de una fuerza
mayor.
Toda la clase política llevó agua a su molino con
propaganda alusiva a la influencia de los ciudadanos que dan fuerza al País,
para no sólo solventar la situación sino para realizar una reconstrucción nacional
en materia económica que redunde en un beneficio colectivo.
Sin embargo, nadie habla del enorme quehacer para corregir
los problemas de corrupción e impunidad aludidos que desde mi óptica se resuelven
mediante una restauración del tejido social empezando desde una temprana edad.
No es la primera vez que abordo el tema ni será la
última pues el problema es muy grave y complejo, y hay una resistencia persistente
de la clase política y los gobiernos en turno en todos los niveles; en otras Glosas1 publicadas en Excélsior ya se tocó el asunto con otro
enfoque. Han pasado 170 años desde que se declaró la guerra a la Iglesia y con
ello también a su faceta educativa sin importar las bases en que se sustentaba.
Pocos alegatos han surgido en torno a la educación que impartían los monjes
excluyendo obviamente los aspectos religiosos. Un tabú permanente.
El punto clave ha sido que el grupo reformista encabezado
por Benito Juárez e Ignacio Ramírez, satanizó la educación que se impartía, a
tal grado que todos los aspectos sobre valores éticos los hicieron parecer
privativos de la religión católica como si ella fuese la única corriente de
pensamiento que los tuviera, cuando ésos son universales. Craso error.
Es inconcebible que ningún partido político trate el
tema por temor a que sean señalados como “conservadores”, contarios a las leyes
de Reforma, anacrónicos y demás tildes, cuando desde mi percepción la educación
en valores éticos es la única forma de restaurar el tejido social y con eso
aspirar a subsanar el cáncer de la corrupción que priva en todo el País.
La llamada “reconstrucción nacional” con base en la
solidaridad de los mexicanos y el gobierno federal, es un planteamiento que es
cuestionado ampliamente por la ciudadanía por considerarlo demagógico pues es
una clara propaganda política con vista en las elecciones del próximo año.
Estos momentos de crisis nos han hecho pensar en esa
reconstrucción material del país y en el replanteamiento del crecimiento de las
ciudades, pero eso no basta, hagamos propicia la ocasión para impulsar a todos
los niveles esa restauración del tejido social. Empecemos ya.
1 LAICISMO
EDUCATIVO…¿a qué le temen? Glosas. E. García y G. diciembre 2014. México. http://fisicogarcia-glosas.blogspot.mx/p/20141202.html
5 de octubre del 2017
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