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2012.04.30 CAJAS DE AGUA ... motores de bienestar.


Glosas


... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

CAJAS DE AGUA … motores de bienestar.

Durante la reciente impartición de los Talleres de inducción para medir la calidad del agua,  recibí una doble impresión que me hizo empezar a juntar ideas para las Glosas que lees amigo mío.

Por un lado la grata imagen de ver a los niños que hacía meses había enseñado y que me recibían con el gusto de ver al maestro a quien le mostrarían la tarea hecha. No hubo recriminación alguna por mi ausencia durante varios meses, ni tampoco por haber olvidado enviarles los focos nuevos para el salón que tanta falta les hacen. Nada, sólo sonrisas. Estimulación para el de la pluma.

En contraste a esa cara amable, veía por su ventana la otra, la de la desolación del lugar que había sido adoptado para el monitoreo de agua: su presa. El agua se había retirado de la orilla en la que hicimos las primeras mediciones, y de seguir la situación así, ¿qué vigilarían?, me preguntaba sin pronunciar palabra alguna. Reflexiones profundas.

Algo se puede hacer: a recuperar el líquido con “cajas de agua”. Y, ¿Qué es eso?, te preguntarás con justificada razón y más aún si son de agua.

A lo largo de la historia universal leemos que el hombre ha enfrentado múltiples épocas de sequías y también así momentos de grandes precipitaciones pluviales, y la forma de hacerlo ha sido mediante de la construcción de depósitos artificiales conocidos genéricamente como “cajas de agua” aunque se conocen también como “cuadros de agua”. Los beneficios son múltiples y dependen de varios factores como su ubicación geográfica y uso de la tierra, por mencionar los más relevantes.

En unas instancias las “cajas de agua” se han edificado para la captación y almacenaje del líquido durante los meses de lluvia para ser usada durante el estiaje, en otras más, el propósito es la prevención estragos de las aguas torrenciales que año con año se presentan. Hay situaciones en que el almacenaje en depósitos planos se usa para dotar de humedad a la tierra vegetal circundante y aprovecharla para cultivos particulares. En todos los casos se tiene un provecho a largo plazo que lo constituye la recarga de los acuíferos subterráneos, sin embargo dado el movimiento tan lento del agua en el subsuelo la utilidad no es a corto plazo.

En la región del Bajío se tiene registrada la canalización o entarquinamiento de las aguas de avenidas en “cajas de agua” para diversos usos desde el siglo XVIII y de ello da cuenta nuestro ilustre visitante Alexander von Humboldt en 1823, que menciona la utilización de la técnica para uso agrícola y describe el funcionamiento de la red de canales secundarios, compuertas y bordos, que en su conjunto comprendían la dotación, conducción y desalojo de las aguas torrenciales.

En la literatura se habla que las “cajas de agua” registradas tenían superficies que alcanzaban hasta 150 hectáreas con profundidades que no rebasaban 5 metros. Los bordos circundantes o limítrofes tenían forma piramidal y eran construidos de piedra para soportar el empuje del agua almacenada y evitar su deterioro. Las de mayor tamaño tenían cajas o bordos secundarios que interconectados constituían verdaderos sistemas hidráulicos de amplio soporte a la agricultura y prevención de desastres.

La existencia de las “cajas de agua” se vino abajo en la segunda mitad del siglo XX por los problemas de la tenencia de tierra y agua generados por el reparto agrario, por la construcción de grandes embalses y por la extracción de agua del subsuelo. La situación de severa sequía que prevalece actualmente, hace reconsiderar con urgencia la reconstrucción y rehabilitación de las miles de cajas de agua en todo el País, cientos de bordos y pequeñas presas. Hay que entarquinar el preciado líquido para que sea la base de la energía que nos dará progreso.

En este día del niño, va mi compromiso con ellos para que tengan esas “cajas de agua”… motores de bienestar.

Día del niño, 30 de abril del 2012


Cualquier comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo electrónico:   ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter @fisicogarcia

  * De familia sanmiguelense de antaño, el autor es Físico Nuclear, egresado de la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia  de  tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por publicarse, y una centena de publicaciones afines; editorialista en diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.

  

2 comentarios:



Ernesto Usabiaga Reynoso  Mayo 3,2012 12:46 pm

Estimado Enrique:

Nuevamente disfrutando de tus GLOSAS. El tema de esta última me trae recuerdos de mis primeros años de actividad agrícola, en la primera mitad de los años cincuenta del Siglo próximo pasado.  En la propiedad familiar de la ex hacienda de Aguilares, existían dos envases (cajas) de agua, que cubríamos alternadamente cada año. La Superficie de estos espacios era de aproximadamente 50-00-00 Has. c/u. y una profundidad máxima de 3 metros. Disponíamos del volumen almacenado, durante el temporal de lluvias, para irrigar, aguas abajo, siembras de trigo o avena. En esa época aun no se establecían cultivos de cebada maltera en el Bajío.  En la humedad residual establecíamos cultivo de garbanzo blanco. Coincidiendo con tus aseveraciones, el beneficio era múltiple: reservar agua y aprovechar para irrigar aguas abajo, establecer un cultivo en la humedad residual y aunque de manera insignificante, permear algo del liquido al subsuelo.  Posteriormente, gracias a las absurdas leyes de nuestro gobierno federal, nos prohibieron seguir usando ese sistema de hacer buen aprovechamiento del agua de lluvia.  Ojala en algún futuro cercano se restableciera esa técnica, aunque en forma actualizada y tecnificada, para revertir el problema tan serio del mal uso del agua de lluvia.

Te envió un afectuoso abrazo,

Ernesto







Leopoldo Rubio Salinas  Mayo 7,2012 13:15 pm

Estimado Enrique. 

Como siempre me da mucho gusto leer los temas que tratas. Sobre las "Cajas de Agua", fiel a mi origen campesino, fue un tema que trate hace ya muchos años en el periódico "El Nacional", antecedente de lo que el hoy "El Correo", en donde me permitían escribir una vez a la semana, y en ese artículo compartía los mismos criterios y opiniones que ahora manejas; aunado además, el hecho de que estas cajas permitían la presencia de aves que antes teníamos y ahora no, o de "Alcociles" que comíamos como camarones, o el simple hecho de la humedad siempre presente.

 Saludos cordiales y mis respetos. 

Leopoldo Rubio Salinas


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