Glosas
... un espacio para hablar desde San Miguel
Enrique García y García*
INNOVACIÓN
TECNOLÓGICA … para generar bienestar.
Todavía sigue
en discusión el tema de la Reforma Hacendaria y por supuesto la Energética pues
la intención es buscar efectos concatenados en las dos direcciones. Toca ahora
al Senado analizar ambas desde una percepción más reposada y analítica tratando
de limar los exabruptos de la Cámara Baja pues esa es también su función:
servir de contrapeso en las tareas legislativas. A ver qué ocurre. Como
ciudadano de a pie sólo me queda el externar mi punto de vista y compartirlo
con ustedes amables lectores.
Sobre la
primera reitero mi posición en el sentido que es a todas luces recaudatoria con
base en los contribuyentes cautivos en vez de ampliar la base de éstos con la
incorporación de los millones de personas físicas y morales que trabajan
escondidos en la economía informal. Injusto a todas luces. Además, la forma de
inducir al cumplimiento de las nuevas normas es mediante mecanismos
intimidatorios que rayan en terrorismo fiscal en vez de facilitar la
tributación a través de menor burocracia y estimulación en el cumplimiento.
Por otra
parte, los grupos empresariales se han manifestado una y otra vez en contra de
esa Reforma y sus efectos, con argumentación de quien subsiste de la transformación
de bienes de capital sin que aparentemente sean escuchados por los grupos
legislativos. Es una lástima que sigan siendo satanizados tildándolos de ricos
y que deben pagar más, cosa que ya lo hacen en virtud de la proporcionalidad de
la contribución, sino que además ésta se aumenta en varios puntos porcentuales.
Quienes la favorecen a ultranza esgrimen que en nuestro País se pagan muy pocos
impuestos, situación que desde mi perspectiva podría ser una oportunidad para
nuevos inversionistas y no una amenaza. Es probable que nuestros legisladores desconozcan
que los márgenes de utilidad de la mayoría de las empresas industriales son de
un dígito porcentual respecto a sus ingresos. Mal muy mal. A ver si no matamos a la “gallina de los
huevos de oro”
Con referencia
a la Reforma Energética ya di mi punto de vista en otras Glosas1 y lo reitero. Me parece que es una reforma petrolera que dista mucho de
ser la energética que todos anhelamos, aquélla que propicie el tránsito a
energías sustentables en armonía con la naturaleza. Me parece que todavía es
tiempo de enmendar y reforzar de manera explícita lo anterior, de lo contrario
estaremos luchando contracorriente para implantar y ser congruentes con las estrategias2 nacionales para combatir el Cambio Climático. Aún en los
términos que se plantea creo que debe darse énfasis a lo referente a nuevas
tecnologías que propicien otros mecanismos de sustentabilidad, sean energéticos
primarios o elementos fundamentales como lo es el agua.
Con esas dos
reformas en ciernes, es claro que lo que se busca son mayores ingresos que en
principio pudieran ser la base para garantizar el abasto económico y energético permanentes, y que
redunden en un bienestar para la población. ¿Será? Me parece que es momento de
analizar conceptos macroeconómicos ya aplicados con éxito en otros países como
la India y que se refieren a la innovación tecnología como base para el
desarrollo de algunos países.
El profesor
indio C.K. Prahalad3 autor del
concepto “innovación inversa”, sostenía que
las innovaciones
tecnológicas se deben desarrollar para economías emergentes y una vez probados
y aplicadas en éstas, pueden ser trasladados al resto del mundo y así generar recursos
económicos que ellos necesitan. Es indudable que la nuestra lo es y que se presenta
ahora como un excelente momento para innovar y desarrollar tecnologías que
resuelvan problemas locales y fundamentales como pueden ser los relacionados
con el agua. ¿Por qué no?
El problema estriba en la
identificación de esos nichos de oportunidad más que en la forma de
financiarlos o bien los mecanismos de incubación, implantación, operación y
control. Es de reconocerse que en los sectores académico e industrial el
término innovación se ha usado mucho por lo que no es novedad, valga la
redundancia. Sin embargo lo es y debemos exponerlo claramente para ser
convincentes, ¿cómo?, con proyectos piloto exitosos.
Las actividades de innovación
tecnológica “inversa” a que me refiero no son privativos del sector industrial
sino que se aplica también al gubernamental y como refería anteriormente la
dificultad está en la ubicación y concepción de ellos, tareas típicas de los
agentes vinculadores quienes relacionan demanda y oferta. La primera es la
identificación de las necesidades del entorno para lo cual es menester el
acercamiento con el entorno a través de sus grupos de trabajo encargados del
desarrollo social y económico, y al mismo tiempo con los proveedores de la
tecnología, sea la academia o sectores público o privados que la pueden
proporcionar y aplicar. Vinculación, tarea medular.
Se trata en suma de tareas conjuntas
que tengan por objetivo el resolver problemas medulares en determinadas
regiones geográficas que conlleven beneficios directos y a corto plazo a las
comunidades donde se implanten; posteriormente se podrán aplicar en otras, e
incluso “exportar” y vender dicho conocimiento y su praxis con el consiguiente
beneficio económico para los oferentes tecnológicos y el País mismo.
Así las cosas, la canalización de
recursos que se vislumbran en las reformas en comento para proyectos de
“innovación inversa”, convertirían a éstas en factores de impulso para el
mejoramiento de las personas y la generación de recursos de manera sostenibles,
tanto para la sociedad como para el erario público. La innovación tecnológica
puede y debe generar bienestar.
1.-Nuestra energía…más que petróleo. Glosas E. García
y G.; agosto 2013
2.- Estrategia
Nacional de Cambio Climático. Visión 10, 20,40; SEMARNAT, junio 2013
3.- Biografía y pensamiento. Coimbatore Krishnarao
Prahalad; octubre 2013
28 de octubre del 2013.
Cualquier
comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo
electrónico: ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter
@fisicogarcia
* Físico Nuclear, egresado de
la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia de
tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por
publicarse, y una centena y media de publicaciones afines; editorialista en
diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor
independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.
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