Glosas
... un espacio para hablar desde San Miguel
Enrique García y García*
LAS CENIZAS DEL POPOCATÉPETL … cuidado.
Los primeros registros impresos de la actividad
volcánica del poctepec o Popocatépetl aparecen en algunos códices
prehispánicos que narran efemérides de la época, como el Mendocino y el Yuta Tnoho; sin embargo las huellas orales están en la palabra misma pues su etimología
náhuatl escrita en cursiva en renglones precedentes lo describe con claridad:
cerro que humea. En los jeroglíficos de ambos documentos se distingue el humo y
el cerro del cual emana.
Por otro lado es interesante ver que en el segundo de
los códices, la imagen en la que aparece el Popocatépetl
también incluye a los otros dos volcanes de la zona, el Citlatepec
y el Iztaccíhuatl pero ninguno de
éstos muestra actividad. Llama la atención que el icono de este último es
acompañado por un miztli o puma, que
pone de relieve la presencia del felino en el altiplano. Una imagen de este
puma se ve en un fresco sobre un muro ubicado en la Calzada de los Muertos en Teotihuácan, donde luce sin mota alguna diferenciándose
así del respetable jaguar uno de los animales-símbolo de nuestras culturas.
En un diccionario de etimologías náhuatl que consulto a menudo, se comenta que el Popocatépetl era considerado como dios
por sus temibles manifestaciones de actividad volcánica: cimbra la tierra, emite
ruidos como de puma-jaguar, y lanza fumarolas al aire con material
incandescente. Todo un dios poderoso que según leo, se festejaba en el mes del teotleco. Muy interesante. Espero la
benevolencia de mis amigos antropólogos por los comentarios vertidos, pues el
de la pluma es sólo un neófito en esta arena que se asoma a los libros y asiste
a seminarios de principiantes.
Después de estos antecedentes me concentro en el tema
que anuncia el título del ensayo: las cenizas volcánicas.
La intensidad de la actividad del Popocatépetl registrada en los últimos días se hizo manifiesta por
los temblores en la zona y, los estruendos y cenizas que salían del cráter. La
vigilancia tecnificada y permanente del volcán tiene un par de décadas y la
llevan a cabo geólogos vulcanólogos quienes tienen la palabra sobre los
detalles; sin embargo me parece pertinente hacer algunas aclaraciones.
Dichas cenizas son de origen mineral y no vegetal,
como comúnmente se piensa y la mayor proporción de ellas son materiales
llamados puzolanes cuya composición es la combinación de los óxidos de silicio
y aluminio. Las cenizas volcánicas son
la expulsión de magma líquido del interior de la tierra en forma de aerosol que
emana acompañado de vapores de agua, bióxido de carbono y otros gases a través
del cráter y las laderas circundantes.
Estas cenizas en sí no son tóxicas pero sí abrasivas e
irritantes y se pueden considerar como “micro vidrios” que son peligrosos si se
respiran, ingieren o depositan en la piel, por lo que las personas con
padecimientos respiratorios, niños y personas mayores, suelen ser las más
afectadas. En grandes cantidades pueden colapsar techos de viviendas planas y
en el campo pueden ser perjudiciales. En el primer caso se entiende por el
sobrepeso dada su composición vítrea y en el segundo porque la acumulación en
las tablas de cultivo no permite el paso del sol, agente energético para la
acción fotosintética.
Por otra parte, mezcladas con poca agua se solidifican
y logran tapar fácilmente tuberías de desagüe con las previsibles consecuencias.
En la aviación son peligrosas dado que el aire se vuelve más pesado y combinadas
con agua se solidifican modificando así los parámetros de diseño de turbinas y
demás elementos aeronáuticos.
No todo es malo de esas cenizas volcánicas pues tienen
múltiples usos que han originado decenas de patentes internacionales. Sobresale
la utilización de ellas en la industria de la construcción y concretamente en
la fabricación de cementos; con este uso se logra un ahorro de energía de
consideración con todo lo que ello implica en la preservación del medio
ambiente.
Por todo lo anterior amigos lectores, es recomendable
evitar el contacto directo del material en suspensión y una vez depositadas, barrerlas, concentrarlas y seguir
instrucciones de los organismos de protección civil. En caso de presentarse
alguna actividad atípica del volcán se sugiere mantener contacto con las
autoridades correspondientes y respetar estrictamente las indicaciones que se
den.
Reitero lo que comentaba a través de las redes
sociales: “Crear pánico por las cenizas volcánicas es tan peligroso
como considerarlas inofensivas”. Cuidado.
22 de julio del 2013.
Cualquier
comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo
electrónico: ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter
@fisicogarcia
* Físico Nuclear, egresado de
la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia de
tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por
publicarse, y una centena y media de publicaciones afines; editorialista en
diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor
independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.
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