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2013.07.19 LAS CENIZAS DEL POPOCATÉPETL...cuidado


Glosas


... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

LAS CENIZAS DEL POPOCATÉPETL … cuidado. 

Los primeros registros impresos de la actividad volcánica del poctepec o Popocatépetl aparecen en algunos códices prehispánicos que narran efemérides de la época, como el Mendocino y el Yuta Tnoho; sin embargo las huellas orales  están en la palabra misma pues su etimología náhuatl escrita en cursiva en renglones precedentes lo describe con claridad: cerro que humea. En los jeroglíficos de ambos documentos se distingue el humo y el cerro del cual emana.  

Por otro lado es interesante ver que en el segundo de los códices, la imagen en la que aparece el Popocatépetl también incluye a los otros dos volcanes de la zona,  el Citlatepec y el Iztaccíhuatl pero ninguno de éstos muestra actividad. Llama la atención que el icono de este último es acompañado por un miztli o puma, que pone de relieve la presencia del felino en el altiplano. Una imagen de este puma se ve en un fresco sobre un muro ubicado en la Calzada de los Muertos en Teotihuácan, donde luce sin mota alguna diferenciándose así del respetable jaguar uno de los animales-símbolo de nuestras culturas. 

En un diccionario de etimologías náhuatl que consulto a menudo, se comenta que el Popocatépetl era considerado como dios por sus temibles manifestaciones de actividad volcánica: cimbra la tierra, emite ruidos como de puma-jaguar, y lanza fumarolas al aire con material incandescente. Todo un dios poderoso que según leo, se festejaba en el mes del teotleco. Muy interesante. Espero la benevolencia de mis amigos antropólogos por los comentarios vertidos, pues el de la pluma es sólo un neófito en esta arena que se asoma a los libros y asiste a seminarios de principiantes. 

Después de estos antecedentes me concentro en el tema que anuncia el título del ensayo: las cenizas volcánicas. 

La intensidad de la actividad del Popocatépetl registrada en los últimos días se hizo manifiesta por los temblores en la zona y, los estruendos y cenizas que salían del cráter. La vigilancia tecnificada y permanente del volcán tiene un par de décadas y la llevan a cabo geólogos vulcanólogos quienes tienen la palabra sobre los detalles; sin embargo me parece pertinente hacer algunas aclaraciones. 

Dichas cenizas son de origen mineral y no vegetal, como comúnmente se piensa y la mayor proporción de ellas son materiales llamados puzolanes cuya composición es la combinación de los óxidos de silicio y aluminio. Las cenizas volcánicas  son la expulsión de magma líquido del interior de la tierra en forma de aerosol que emana acompañado de vapores de agua, bióxido de carbono y otros gases a través del cráter y las laderas circundantes. 

Estas cenizas en sí no son tóxicas pero sí abrasivas e irritantes y se pueden considerar como “micro vidrios” que son peligrosos si se respiran, ingieren o depositan en la piel, por lo que las personas con padecimientos respiratorios, niños y personas mayores, suelen ser las más afectadas. En grandes cantidades pueden colapsar techos de viviendas planas y en el campo pueden ser perjudiciales. En el primer caso se entiende por el sobrepeso dada su composición vítrea y en el segundo porque la acumulación en las tablas de cultivo no permite el paso del sol, agente energético para la acción fotosintética. 

Por otra parte, mezcladas con poca agua se solidifican y logran tapar fácilmente tuberías de desagüe con las previsibles consecuencias. En la aviación son peligrosas dado que el aire se vuelve más pesado y combinadas con agua se solidifican modificando así los parámetros de diseño de turbinas y demás elementos aeronáuticos. 

No todo es malo de esas cenizas volcánicas pues tienen múltiples usos que han originado decenas de patentes internacionales. Sobresale la utilización de ellas en la industria de la construcción y concretamente en la fabricación de cementos; con este uso se logra un ahorro de energía de consideración con todo lo que ello implica en la preservación del medio ambiente.  

Por todo lo anterior amigos lectores, es recomendable evitar el contacto directo del material en suspensión y una vez depositadas,  barrerlas, concentrarlas y seguir instrucciones de los organismos de protección civil. En caso de presentarse alguna actividad atípica del volcán se sugiere mantener contacto con las autoridades correspondientes y respetar estrictamente las indicaciones que se den. 

Reitero lo que comentaba a través de las redes sociales: “Crear pánico por las cenizas volcánicas es tan peligroso como considerarlas inofensivas”. Cuidado.

 22 de julio del 2013.



Cualquier comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo electrónico:   ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter @fisicogarcia



* Físico Nuclear, egresado de la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia  de  tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por publicarse, y una centena y media de publicaciones afines; editorialista en diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.

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