Glosas
... un espacio para hablar desde San Miguel
Enrique García y García*
LAICICMO con valores…¿a
qué le temen?
El
tema que tenía preparado para este espacio era referente al “vital líquido”
pero dado el ambiente que priva en nuestro País lo he derivado a otro más
importante que el agua y que tiene que ver con la “vital educación”. El
adjetivo que utilizo para ambos temas pone de relieve la importancia de ambos
pero creo que en estos momentos el renglón educativo deja a un lado el hídrico.
Aclaro.
El
suministro de agua para los próximos 15 años está garantizado en todo el
territorio nacional aún siguiendo las mismas prácticas de uso ineficiente, no
obstante a largo plazo carezco de elementos para asegurar lo anterior. En
materia educativa la situación es distinta dado que urge empezar ahora a educar
los niños que estarán en activo en esos
mismos tres lustros y no caben las improvisaciones. Es imperativo reparar
nuestro tejido social con nuevos mexicanos que ya nacieron y están ávidos de
enseñanza para su formación como personas y creo que sólo así podremos
asegurarlo.
Antes
de que se presentaran los lamentables hechos en Iguala, el Presidente de la
República había comentado que el problema de corrupción y sus consecuencias era de tipo “cultural” para justificar la
dificultad de erradicarla. En ese momento disentí totalmente con su
planteamiento pero ahora creo que tiene razón y desde mi modesto punto de vista
considero que la ÚNICA forma de neutralizar esa incultura es con base en
educación, pero no me refiero al aspecto meramente cognoscitivo sino al de
formar personas de bien con valores éticos. Creo que los nuevos decretos y
mecanismos policiacos para combatir ese “cáncer social” NO atienden el problema
de raíz, el cultural; tal vez resuelvan la emergencia nacional pero de ninguna
manera garantizan que los sucesos no vuelvan a ocurrir en un futuro cercano. “Educad a los niños y no tendréis que
castigar a los hombres” sostenía el filósofo griego Pitágoras y vaya que
sigue siendo vigente la máxima.
Hace
unos años escribí un texto 1 relacionado con el tema donde abundaba
sobre el conflicto de introducir conceptos de educación con valores éticos pues
nuestra clase gobernante y política confunden el término laicismo educativo
asentado en nuestra Constitución, pues una educación con base en valores
morales o éticos NO contraviene el precepto aludido dado que es ajeno a
cualquier religión. En el siglo antepasado, la corriente liberal en nuestro
País propugnó por la neutralidad en materia educativa y lo consiguió, pero
desafortunadamente también eliminó la educación cívica-ética dejando al garete
la formación integral de personas de bien. Ahora en pleno siglo XXI muchos de
nosotros exigimos que la educación primaria SE sustente en valores éticos, pero
son gritos en el desierto y me pregunto una y otra vez, ¿a qué le temen?
La
Reforma Educativa propuesta por el Gobierno Federal incluye tenuemente el
incorporar los temas de formación cívica
y ética con programas de enseñanza para alumnos y maestros pero NO como una
asignatura específica sino como temas selectos de enseñanza; por otra parte en
la susodicha reforma se señala que esa formación cívica-ética se incorporará a
nivel de secundaria dejando a un lado los de primaria y pre-escolar. Disiento
formal y enérgicamente, ¿a qué le temen?
La
formación de personas inicia en la casa y debe ampliarse en las aulas, y cuando
hablo de personas me refiero a niños de párvulos y primaria, entonces NO veo
las razones para excluir a los más pequeños de ese tema para su educación
integral. En esos niveles básicos se debe inculcar los valores éticos, que en
el caso de la HONESTIDAD implica la cero tolerancia, ¿a qué le temen?
Desde
mi punto de vista es menester que los legisladores en materia educativa
incorporen los motivos y fundamentos de dichas reformas que den sustento a los
programas y temarios específicos para maestros y alumnos en ese sector básico.
Si no lo hacen, ¿a qué le temen?
En
las múltiples escuelas primarias, secundarias y preparatorias en que he dado
clases, he constatado que todas las
aulas tienen en la pared frontal la fotografía de un gobernante o una imagen
religiosa, cuando debería estar en su lugar un cartel que fomentara los valores
éticos y, en las laterales las otras, ¿a qué le temen?
Que
no dé miedo empezar a formar personas íntegras pues ellos no intervendrán en
las contiendas electorales inmediatas, ni tampoco cuestionarán el desempeño
gubernamental, legislativo y judicial, pues la mayoría de los beneficiados con ese tipo de educación ética son
niños y jóvenes; luego entonces, ¿a qué le temen?
Ningún
partido político ha defendido este renglón por evitar de ser tildados de
“religiosos” cuando ese asunto debería estar más que asimilado, pero no,
consideran que esa postura los llevaría a perder votos y, eso sí es grave. Errores
garrafales originados por ignorancia o con dolo, que desgraciadamente tienen
por consecuencia la formación amoral de los pequeños estudiantes.
La
educación en valores cívico-éticos puede y debe crear un vínculo entre la
escuela y el hogar, por qué no iniciar ya, ¿a qué le temen?
1.- Laicismo educativo…adelante y
sin miedo. E. García y G. Glosas. Dic. 2012
10 de diciembre del 2014
Cualquier
comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo
electrónico: ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter @fisicogarcia
* Físico Nuclear, egresado de
la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia de
tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por
publicarse, y una centena y media de publicaciones afines; editorialista en
diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor
independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.
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