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2017.10.28 HORARIO...a modo


Glosas


... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

HORARIO…¿a modo? 

En 1784 un científico y diplomático estadounidense propuso a la población parisina una idea para optimizar la luz solar en las tareas domésticas tal y como lo hacían los agricultores pues decía que así se ahorraba energía. En su propuesta sugería penalizar a quienes colocaran contraventanas que impidieran el paso de los rayos del sol, regular el uso de velas, veladoras y cera para la iluminación en casas y templos, y además solicitaba que en estos últimos se repicaran las campanas al amanecer para que toda la actividad iniciara a la misma hora. Ese visionario personaje fue ni más ni menos que el ilustre Benjamín Franklin cuyas aportaciones a la Física fueron relevantes 1. 

 El resultado fue nefasto y la propuesta fue considerada como una locura y el tema fue archivado en el fondo de un cajón para que siglos después a alguien se le ocurriera sacarlo por motivos económicos. Y así fue como la crisis del petróleo de los años setenta hizo que se planteara la conveniencia de aprovechar la luz solar para ahorrar energía y de ahí la necesidad de establecer un horario flexible para diferentes latitudes, es decir, a modo. La idea del Físico no era nada mala. 

En el vecino país del norte se propuso el establecimiento de un horario de verano para alcanzar los objetivos de ahorro de petróleo, aún y cuando su generación eléctrica no dependía totalmente de ese energético pues las plantas nucleoeléctricas, hidroeléctricas y las de carbón, ya contribuían de manera considerable. 

Por otra parte, en nuestro País se hizo el planteamiento del “horario de verano” señalando la conveniencia económica pero también surgió la financiera para que las transacciones monetarias y bursátiles fueran congruentes con el del país vecino. Así aparece el horario especial en 1998 durante el gobierno del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. 

Esta medida causó malestar en toda la población pues las autoridades no explicaban con claridad las bondades energéticas y más de un anti yanqui hacían ver el sometimiento nacional a los EEUU; adicionalmente, escritores y pintores afamados criticaban arduamente el cambio de horario. El Maestro guanajuatense Luis García Guerrero me confesó un día: “Este Zedillo no va a cambiarme el horario bajo ninguna circunstancia” y así lo hizo hasta su muerte. 

Aún y cuando los conceptos de ahorro de energía se plantearon antes de la adopción del “cambio de horario” la ciudadanía mexicana seguía incrédula de sus beneficios, pero sí creía y sin lugar a dudas en el concepto del ahorro energético. En efecto, en 1990 se creó el FIDE2, “Fideicomiso para el ahorro de energía eléctrica”, que desde su creación ha trabajado arduamente en el fomento de su misión en todos los niveles. El que esto relata ha sido asesor del organismo y ha aplicado el concepto en los sectores doméstico, comercial, municipal, industrial y agrícola, con beneficios económicos en plazos muy cortos. 

Actualmente es clara la bondad económica pues reporta grandes beneficios monetarios a los diferentes usuarios y eso sí importa pues ven en sus facturaciones eléctricas importantes reducciones, amén de que se contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero que causan el Cambio Climático, por lo que el Gobierno Federal fomenta las acciones con incentivos económicos. 

En ciertos lugares, como la Ciudad de México, las concentraciones de tráfico vehicular a las horas pico, tienen una incidencia negativa que en otras Glosas3 publicadas en Excélsior se analizaban con detalle, por lo que sería importante considerar la aplicación de un horario flexible para minimizar los efectos en la salud y la economía citadina, por contaminación del aire y sus costos inherentes, y por la pérdida de tiempo en los traslados vehiculares. Necesitamos un horario “a modo” con la venia respetuosa del científico Benjamín Franklin.  



1 “Great Experiments in Physics”, M. Shamos, Estados Unidos de America, 1959 http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/ed037p274.3

2 Fideicomiso para el ahorro de energía eléctrica. México, 1990 http://fide.org.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=108&Itemid=180

3 “Causas y efectos ambientales” E. García y G., México, abril 2016  http://fisicogarcia-glosas.blogspot.mx/p/20160420-causas-y-efectosambientales.html





28 de octubre del 2017


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