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2013.02.22 NAIROBI ... acuerdos base para subsistir.


Glosas

... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

 NAIROBI … acuerdos clave para subsistir.

Durante la década de los 80 y a instancias de la ONU, se convocó a la comunidad internacional para analizar las acciones pertinentes para frenar el agotamiento de la capa de ozono, O3, que cubre la atmósfera terrestre, provocado por las emisiones de gases que contenían cloro y bromo. El deterioro de dicha capa protectora tiene efectos directos en el medio ambiente y en la salud pública. El O3 de la estratósfera, (ozono bueno), tiene la peculiaridad de absorber la mayor parte de radiación ultravioleta, que de llegar a la superficie terrestre incidiría negativamente en la producción de alimentos, formación del fitoplasma marino y ocasionaría cáncer de la piel en la población, por mencionar lo más relevante.

Fueron múltiples las reuniones llevadas a cabo en diferentes países, en las que se  trabajó en un acuerdo que se denominaría Protocolo de Montreal, por ser en esa ciudad canadiense donde se convino en elaborar el documento que establecía detalladamente los compromisos de los firmantes para lograr la meta propuesta.

El objetivo primordial era la eliminación de emisiones de esos gases CFC (clorofluorcarbonados) y substituirlos con otros compuestos “ecológicos”. Así las cosas, los fabricantes de  extintores de incendios, aerosoles, fluidos refrigerantes, materiales aislantes y muchos otros, tuvieron que cambiarlos siguiendo un cronograma bien estructurado, que señalaba que en el año 2010 no habría tales emisiones. El Protocolo se firmó y ratificó en múltiples ocasiones, y los países signatarios anunciaban su fiel cumplimiento a los acuerdos y pregonaban sus logros. No obstante, al día de hoy los resultados de tales esfuerzos son mínimos pues si bien es cierto se han reducido las emisiones, la recuperación de la capa de ozono es apenas incipiente. Prueba no superada.

Por otra parte, el desarrollo industrial del orbe ha echado mano de la energía proveniente de hidrocarburos y carbón, en plantas termoeléctricas, generadores industriales eléctricos, refinerías de productos petrolíferos, y la minería del carbón. Todo ésto ocasiona la emisión de CO2, y formación de O3, (ozono malo), que aunado a la desforestación, son los causantes principales del llamado “efecto invernadero” y propulsor del Cambio Climático, CC, cuyos efectos ya se empiezan a sentir al tener climas más extremosos. El problema ambiental se complica.

Así como el Protocolo de Montreal nació para eliminar las emisiones que causaban el deterioro de la capa de O3, en 1997, bajo el programa de las Naciones Unidas para combatir el CC, nace el Protocolo de Kioto que pretende disminuir las emisiones de gases causantes del “efecto invernadero”, como son el dióxido de carbono CO2, metano CH4, óxido nitroso N2O y otros gases industriales fluorados. Aquí vamos.

En días pasados, bajo auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,  se realizó una reunión cumbre en la ciudad de Nairobi, Kenia, para analizar de manera conjunta la situación ambiental que prevalece en todo el mundo vis à vis del Cambio Climático. El objetivo era revisar los avances de las acciones previas y refrendar los compromisos adquiridos y asentados en los Protocolos de Montreal y Kioto, pues los resultados alcanzados hasta ahora son insuficientes. En múltiples declaraciones se hizo énfasis en la responsabilidad de los países industrializados, que causan la mayor parte de las emisiones para que reduzcan substancialmente sus emisiones y se convoca a los otros países cuya contribución es marginal, que hagan lo propio.

Nuestro País, que dicho sea de paso genera alrededor del 2% de las emisiones nocivas, ha tenido una participación relevante al insistir en la gravedad del problema y a comprometerse a reducir la mitad de sus emisiones para el año 2050. El interés del País en el tema es grande no sólo por solidaridad ética internacional, sino porque es muy vulnerable a los efectos del CC, que ya se manifiestan con severas sequías y problemas para la disponibilidad de agua para la población. Alerta.

Considero que el País tiene una oportunidad para coadyuvar en el liderazgo de las acciones contra el CC y promover un nuevo acuerdo internacional que tome forma de Protocolo, y de paso conseguir beneficios económicos para implantar medidas que nos permitan crecer con energéticos renovables amigables con el medio ambiente. Hay que empezar. Debemos emprender acciones drásticas minimizar los efectos inminentes, de lo contrario tendremos que enfrentar graves consecuencias. Los acuerdos de Nairobi son clave para subsistir.

 22 de febrero del 2013

 

Cualquier comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo electrónico:   ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter @fisicogarcia

 * De familia sanmiguelense de antaño, el autor es Físico Nuclear, egresado de la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia  de  tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por publicarse, y una centena de publicaciones afines; editorialista en diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.

 

 

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