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2017.05.18 EDUCACIÓN EN MUSEOS...cuesta arriba,


Glosas


... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

EDUCACIÓN EN MUSEOS…cuesta arriba. 

Con motivo del día del maestro las redes sociales se vieron saturadas de comentarios de felicitación a la noble labor que llevamos a cabo de diferentes maneras, sea directamente en las aulas con formatos tradicionales o bien mediante talleres didácticos que aprovechan la disposición de los educandos para aprender sin el rigor del pizarrón. 

El que esto relata considera que la educación también se puede impartir a través de museos que aprovechan la convocatoria natural de ellos para diseminar conocimientos de una manera diferente. Muy atractivo pero llevarlo a la práctica no es tan sencillo como parece. Va mi experiencia casi chiste. 

El concepto de museo que prevalece en la mayoría de los países incluyendo el nuestro es el que son sitios un tanto pasivos que exponen colecciones de objetos valiosos de interés cultural para la mayoría, incluyendo piezas artísticas, científicas, tecnológicas o bien costumbristas. La finalidad común es el atraer asistentes para entretenerlos y en otros casos para enseñarles algo tan variado como historia y ciencias. 

La intención básica del museo ferroviario y de ciencias que se tiene en esta noble ciudad cae en lo último señalado, es decir tener un lugar que atraiga visitantes locales y foráneos para mostrarles la historia del ferrocarril y su red de tranvías, y la importancia que tuvo en el desarrollo de la ciudad y región; por otro lado el incorporar el tema de ciencias responde a dar a conocer las diferentes formas de energía que se han utilizado para mover tanto locomotoras como tranvías.  

El convencimiento a las autoridades de dar ese enfoque fue a través de varias imágenes de trenes y vagones auténticos, dispuestos en una estación de ferrocarriles también existente en la que había plena actividad con bancas, faroles, básculas, equipaje y diversas personas en plena acción, pero con la característica que todo lo anterior era de tamaño miniatura y que la cámara fotográfica captó en diversos ángulos para que se vieran escenas a escala natural.  

Así las cosas, se inició el proceso de solicitar recursos para adquirir elementos para construir y dar vida a una maqueta a pequeña escala. Dado que se trataba de la compra de locomotoras, tranvías y vagones, era menester de seguir el procedimiento administrativo municipal aplicable a bienes muebles. El inicio de una odisea que aún no acaba. (Para dimensionar el trámite te comento que el costo de una locomotora de juguete no rebasa los tres mil pesos y la adquisición de los bienes en su conjunto no rebasa veinte veces esa cifra) 

Aún y cuando la Dirección solicitante había autorizado la gestión y otorgar los recursos de una partida destinada a educación, la Oficina a cargo del pago nos ha solicitado los números de serie de motores y chasis de los “vehículos”, y falta que nos pidan también sus lugares de estacionamiento, seguros de las unidades, gastos de mantenimiento, costos de operación, etc. De no creerse. En esa tesitura no sé si requerirán los premisos sanitarios de las mulas y caballos que se comprarán, establos y demás accesorios. De risa. 

El trámite sigue en estos momentos y dadas las dificultades que se tienen es posible que en vez de maqueta real tengamos que optar por proyectar dibujos de lo que pensábamos sería ese museo educativo.  

La educación ha sido siempre un camino cuesta arriba y esta modalidad no es la excepción, pero seguiremos trabajando en ello a pesar de la burocracia imperante.

  

18 de mayo del 2017

Día Internacional de los Museos

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